Tecnología

El momento de la verdad para el “multimillonario loco” de GoPro

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La historia de GoPro comenzó cuando Nick Woodman se inventó una cámara, la ató a su mano con una banda de goma y se fue a surfear.

Eso fue en 2002. En los siguientes diez años, esa idea lo convirtió en un multimillonario, y hasta hace sólo hace un par de años, el ejecutivo mejor pagado en Estados Unidos.

En un evento celebrado esta semana en el impresionante complejo turístico de Squaw Valley, en California, Woodman salió al escenario cargando, literalmente, con el peso de las expectativas sobre sus hombros.

En su mochila llevaba el Karma, el primer dron de GoPro, un dispositivo esperado con gran entusiasmo.

Los malos resultados de la compañía en los últimos meses han puesto a Woodman entre la espada y la pared.

Ambiente con gritos

Cuando dio a conocer el dron a su audiencia -una mezcla de empleados de GoPro, atletas y periodistas- los gritos de la multitud hacían que el ambiente en la presentación del último lanzamiento de Apple pareciera discreto y callado.

En el evento Woodman también dio a conocer la primera actualización significativa de la GoPro en dos años.

Los productos estrella, la cámara Hero5 Black y su hermana más sencilla, la Hero 5 Session, vienen ambas con activación por voz, lo que significa que un grito de “GoPro, empieza a grabar” tiene el efecto esperado.

La introducción de un sistema de estabilización electrónica de imagen ayuda a reducir las imágenes temblorosas grabadas durante paseos en bicicleta. El sonido es también mejor ahora.

Producto caro

El dispositivo volador Karma cuesta US$799 sin cámara. Si se decide incluir la cámara Hero5 Black, costará US$1.099. O se puede conseguir con la Hero5 Session por $999. En otras palabras, cuesta bastante dinero.

Pero el punto clave de venta -y uno que recibió aquí más aplausos que el mismo dron- era el “gimbal” extraíble del avión no tripulado.

El “gimbal”, en caso de que no seas un experto “nerd” de la fotografía, es un dispositivo que se utiliza para estabilizar una cámara, añadiendo un contrapeso. Lo que significa que aunque salgas corriendo con la cámara -o la fijes a un avión no tripulado- ésta no va a temblar.

Había emoción en el ambiente. Muchos estaban nerviosos. Pues a diferencia de los primeros 13 años de la empresa, en la que el dinero continuó llegando a manos llenas, para GoPro 2016ha sido un mal año.

No ha registrado beneficios y los ingresos cayeron en cerca de 50% en algunos trimestres en comparación con 2015.

Bajo presión

¿Está Woodman sintiendo la presión?

“Sí”, le dijo a la BBC.

“Pero no por el precio de las acciones. Somos transparentes. Sinceros con nuestros clientes y nuestros inversores acerca de lo que es nuestra visión”.

El precio de la acción de GoPro se ha reducido un 80% en comparación con su punto máximo en 2014. Subió brevemente al anunciarse el nuevo producto, pero cayó de nuevo cuando se dieron a conocer los precios.

Woodman ha prometido a los inversionistas un retorno a la rentabilidad antes del final de 2016.

Le preguntamos si esto todavía era posible. “Sí”, fue la escueta respuesta.

“Estos productos son los mejores que hemos hecho”, añadió.

Su lógica es que las cámaras Hero4, lanzadas hace dos años, se siguen vendiendo bastante bien.

La Navidad

El ejecutivo cree que una campaña ambiciosa en los medios con el lanzamiento de un nuevo producto harán que las ventas de GoPro se disparen en la temporada navideña.

El entusiasmo de Woodman es contagioso. Demuestra ahora tanto por GoPro como en en esa playa en 2002.

Pero sabe que GoPro tiene una Navidad difícil por delante, al tiempo que lucha en un mercado que ellos crearon pero que desde entonces tiene mucha más competencia.

Los puristas y los atletas de élite del mundo aman a GoPro, aunque a veces sea más caro.

GoPro ha vendido un estilo de vida para el tipo de personas que se arrojan voluntariamente a situaciones de peligro.

El problema es que ese grupo por sí solo no es suficiente para garantizarle a GoPro el éxito que necesita.

La verdadera tarea es convencer a los padres del mundo que no usen su teléfono y en lugar de eso, paguen por una cámara.

Y eso es un reto cada vez más difícil.

Fuente. Dave Lee | BBC

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