El interés de las corporaciones por estimular el aprendizaje científico, tecnológico, ingeniero y matemático (STEM, por sus siglas en inglés) en los niños ha crecido notablemente. En este caso, la compañía de juguetes Hasbro trata de hacerlo de una manera futurista, con el lanzamiento de un perro robótico llamado Proto Max, que forma parte de su línea de animatronics.
Fue diseñado para chicos a partir de seis años y su objetivo principal es que aprendan las herramientas básicas de programación. Mediante una aplicación, podrán personalizar el carácter y el comportamiento de su ‘robo-perro’, pero no así sus características físicas.
De todas formas, para aquellos que no quieran lidiar con esta tarea, el perro igual les servirá como juguete, ya que cuenta con tres modos de personalidad predefinidos -pequeño, mediano y grande- que hacen que varíe el sonido de su ladrido y sus reacciones ante los estímulos.
Según indica el sitio Engadget, Proto Max cuenta con 10 puntos configurables en todo su cuerpo, entre los que están, obviamente, sus orejas, su nariz y su cola. A través de la app se configurará qué tipo de reacción queremos que el perro tenga dependiendo de la zona que manipulemos y los sensores repartidos en esas áreas harán el resto.
Su plástico transparente no lo hace precisamente atractivo, pero desde Hasbro aseguran que a los niños estudiados les gustaba observar el interior del juguete.
El hecho de que este perro interactúe de un modo similar al que lo hace uno de carne y hueso, y que se puedan configurar sus reacciones de una forma sencilla, abre un nuevo debate: ¿Serán electrónicas las mascotas en un futuro?