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La vuelta al universo en pocas frases

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A propósito de la reciente realización del Programa Universo en las Artes y las Letras, edición 2016, el profesor e investigador Miguel Santagada, hizo una valiosa reflexión sobre la importancia de este aporte cultural generado desde la Secretaría de Extensión de la UNICEN.

Nuestra Universidad Nacional del Centro viene desarrollando hace una década el Programa Universo en las Artes y las Letras que  consiste en una serie de actividades de extensión universitaria, es decir, destinadas a la comunidad local y regional que no estudia ni trabaja en la universidad. El propósito de estas tareas es ofrecer espacios para que jóvenes y adultos participen en la producción de arte y la reflexión crítica sobre autores y obras que cada año se van renovando.

La denominación puede parecer inmodesta, pero hace justicia a los objetivos que animan estas convocatorias. Quienes participamos en este programa anhelamos consolidar los vínculos con personas e instituciones interesadas en la participación cultural, un infrecuente proceso colectivo de búsquedas artísticas e intelectuales. Aspiramos nada menos que a materializar la tan soñada democratización de la cultura, y para esa finalidad convocamos a nuestros vecinos, colegas de instituciones educativas, estudiantes, y trabajadores en general. Esto equivale a sostener que el Programa Universo es un hecho cultural que contribuye con la apertura de espacios de intercambio y realización de la creatividad para nuestra gente.

Los hechos culturales presentan el inconveniente de sus numerosos significados, y el Universo en las Artes y las Letras no es ciertamente una excepción.  Los hechos de la cultura no son inocentes, ni espontáneos, ni desinteresados. Son hechos políticos, que rivalizan con las visiones dominantes y que impugnan esquemas anquilosados de pensamiento. Por este motivo son, curiosamente, más educativos de lo que parece. Los “universos” que hemos venido recorriendo han planteado estas complejidades. A pesar de su cubierta pacífica y tranquilizadora, han revelado ser menos un homenaje que un aporte a la polémica cultural. Detrás de la selección de un autor o una autora se agitan complicidades y rebeliones que tanto bien le hacen a la cultura nacional, porque dan origen a compromisos y búsquedas. En el ímpetu de esas experiencias controversiales está la esperanza de nuestro futuro. Y acaso la viabilidad de nuestras instituciones democráticas.

El Programa Universo mira al pasado de algunas grandes creaciones, pero evita el festejo decadente de las premiaciones o los éxitos comerciales. El análisis del pasado favorece una mejor comprensión del presente, pero la revisión -si tiene un mérito- busca hacia adelante, en ese vidrioso destino que espera a nuestros jóvenes estudiantes. La universalidad de las artes cabe en una gota de agua que cualquiera de nosotros puede transportar sin gran esfuerzo.

Los universos transcurridos han salpicado a la comunidad de la región, y han llegado a escuelas y a instituciones que en la mayoría de los casos no tenían lazos estables con la Universidad. Un logro interinstitucional que no hubiera sido posible sin la audacia de docentes, gestores y alumnos lanzados a la conquista de un espacio educativo revitalizado. No nos cuesta admitir que la representación del mundo que ofrecían los antiguos manuales escolares no solo era falsa. Simplemente, porque empaquetaban las sinuosidades históricas en un relato edulcorado donde no había conflictos ni esfuerzos colectivos. Habitaban ese brevísimo continente individuos legendariamente virtuosos, mártires que lideraban luchas fáciles, escritores cuya genialidad solo refrendaba la autoridad educativa, sin recurrir a argumentos o a intuiciones precisas.

También ese mundo de falsedades ahora es inverosímil, como son inaceptables los resúmenes biográficos de próceres inmaculados, y carentes de deshonras y debilidades. Tal vez por eso muchos recordamos con pesar gran parte de la enseñanza de las materias humanísticas a las que fuimos conducidos en la escuela secundaria. En el mejor de los casos queda algo más que un recuerdo desabrido de fechas y nombres propios sin significado alguno. En cambio, el Programa Universo propone un aprendizaje tan necesario como demandado por los propios estudiantes. Revisitar las figuras de autores nacionales como un acceso alternativo a la encrucijada actual de nuestra cultura.

Entre las poblaciones escolares esta estrategia ha demostrado ser un estímulo a la curiosidad por la vida, la obra y los contextos socioculturales en que emergieron los autores, las autoras y sus textos y creaciones. Ha sido de gran relevancia la estrategia que dio lugar a actividades y proyectos interinstitucionales, en los que han participado docentes, estudiantes y personas no allegadas a la comunidad universitaria. La generosa respuesta tanto de personas como de instituciones locales y regionales certifica el impacto favorable que logramos con certámenes literarios y de artes plásticas, con proyectos regionales realizados con otras instituciones educativas, con la oferta de espectáculos, de charlas y conferencias.

El programa Universo instala en nuestra región una mirada abierta y pluralista, pero no complaciente. Los materiales con que trabajamos son el arte, la creatividad, la expresión. Ninguno de estos exponentes del espíritu proviene del conformismo o la docilidad acrítica. Al contrario, canalizan los anhelos de transformación para potenciarlos en la durabilidad de las obras, que son tal vez el mejor testimonio que podemos legar a la posteridad. Seguramente, las obras plásticas, los proyectos de “creativos al ataque”, y los “cronopios en mi escuela” habrán de emocionar a estos chicos cuando en el futuro recuerden su ingreso a la participación cultural en formas que combinan la educación, el compromiso y la libertad creativa.

Este aporte dinámico desde la Universidad a los procesos educativos refleja también el avance de unas convicciones poco difundidas en los ámbitos oficiales de la política cultural. En primer lugar, la absoluta gratuidad para los ciudadanos destinatarios de estas convocatoria. Los recursos humanos y materiales de la universidad pública dispuestos a la participación transformadora de docentes, alumnos y padres han dado acceso sin precedentes a las profundidades que las autoras y los autores de sus respectivos universos  han expresado con genialidad y modestia. En segundo lugar, la más franca apertura a la participación de todas y todos, no solo para la escucha de disertaciones magistrales, sino para el intercambio, la realización artística y la construcción de significados renovados.

Estas convicciones forman parte de un patrimonio intangible, que la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires a través de sus políticas culturales y programas de extensión valoriza como una forma de hacer regresar a la sociedad los recursos que invierte en nuestra institución.

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: Miguel Santagada