Los anteojos permiten a los agentes de policía tomar una fotografía de una persona sospechosa y luego compararla con imágenes almacenadas en una base de datos interna. Si hay una coincidencia, el oficial recibe información personal de la persona, incluyendo su nombre y dirección domiciliaria.
El nuevo elemento de los pertrechos policiales ha generado controversia ya que los críticos temen que otorgue demasiado poder al gobierno. El sistema, que es particularmente útil para analizar multitudes en poco tiempo, puede llegar a ser utilizado abusivamente para rastrear a disidentes políticos o a minorías étnicas.