La imagen clásica que se tenía sobre la estética que debía tener un verdadero caballero europeo, parece estar de regreso, sólo faltan las galeras. Para Andrés Ballesteros de 27 años, todo comenzó mientras se desempeñaba en una peluquería ‘convencional’ junto a sus tijeras. Por supuesto no pasó mucho hasta que su propio estilo de barbas y cortes le pidieron que siguiera otro camino, fuera del lugar donde ya se encontraba. Fue así como preparó un salón a pasos de la Avenida Brasil especialmente pensado para hombres, comenzando por su nombre, siguiendo por la estética del lugar hasta llegar a las revistas y la música ambiental, que abrió sus puertas hace tres meses.
Con semejante cartel sobre la puerta de ingreso, es evidente que se trata de una peluquería de hombres. Su particular nombre se lo debe a su primo, quien dio inicio a la marca “A lo macho”, dedicada a la creación de productos para el cuidado de barbas, bigotes y cabello de hombres. Por supuesto, la esencia se mantuvo intacta y las fragancias y ceras modeladoras gobiernan el mostrador del local.
Sin duda, su estilo peculiar es fácil de identificar: cortes prolijos para una cabellera donde no hay un sólo mechón descuidado, y barbas que reflejan el interés de su portador por impedir que ella mande, donde él decide cuál será su forma y su extensión. Todo señala que es un espacio sólo para caballeros, donde se busca volver a las raíces de la peluquería y barbería tradicional, tal como su propietario lo deseó. El peluquero, quien hace cuatro años se desarrolla en el rubro, comenta que no sólo busca ofrecer cortes de calidad, sino también brindar un confort total al cliente que lo visita, para que se sienta a gusto y no dude en regresar cuando su cabello lo requiera. Como emprendedor, explica que la inversión en máquinas, productos y elementos que hacen a la mejora del servicio, es continua. Aunque, la prioridad número uno siempre será buscar comprender los deseos de los clientes. “Es fácil cortar pero es difícil entender”, explica. Pero por sobre todo, es indiscutible que busca instalar y mantener su propio estilo.
¿Su inspiración? Los barberos del viejo continente. Aunque el mismo Andrés es la principal característica distintiva del comercio, ya que, debido a su notable barba comprende el valor que un hombre le atribuye a esa parte de su rostro. Es por ello que no deja nada librado al azar y es modelo promotor de los productos que ofrece en su propio local para el cuidado. Al momento de ingresar y divisarlo, si no tenías barba, seguro querrás te crezca.
Uno puede entrar de como llegó, pero seguramente se va a ir transformado en un verdadero caballero de la ‘nobleza real’ de Tandil.