Ya a principios del 2020 hubo un indicio de la crisis cuando algunos jugadores de videojuegos lucharon por comprar tarjetas gráficas y Apple tuvo que escalonar el lanzamiento de su nuevo Iphone, como así también las consolas de Xbox y PlayStation no pudieron satisfacer la demanda.
Luego se dio a conocer que la industria automotriz se enfrentaba al “Armagedón de los chips” teniendo en cuenta que los vehículos nuevos suelen incluir más de 100 microprocesadores y los fabricantes no consiguieron obtenerlos a todos.
Desde entonces, una empresa de tecnología tras otra ha advertido que también enfrentan limitaciones.
Samsung, por su parte, reportó problemas para cumplir con los pedidos de los chips de memoria que fabrica para sus propios productos y los de otros, mientras que Qualcomm, fabricante de procesadores y módems que alimentan a muchos de los principales teléfonos inteligentes y otros dispositivos de consumo, tiene la mismo complicación.
El impacto de la pandemia
Al igual que en muchas otras actividades económicas, la pandemia por el coronavirus tuvo su impacto en esta crisis tecnológica ya que los aislamientos dispuestos en los diferentes países hicieron que se multiplicara la demanda de computadoras y demás dispositivos que facilitan el trabajo desde los hogares, como así también de otros para ocupar el tiempo libre.
Mientras tanto, la industria automotriz inicialmente tuvo una gran caída en la demanda y, como resultado, los fabricantes de chips cambiaron sus líneas de producción.
No obstante, en el tercer trimestre de 2020 las ventas de autos se recuperaron más rápido de lo previsto, mientras que la demanda de productos electrónicos de consumo continuó sin cesar.
Repercusiones
El analista Richard Windsor evaluó que la escasez de chips no se resolverá, por lo menos, hasta julio, mientras que otros sugieren que demandará más tiempo.
“Creemos que las restricciones de suministro de la industria de semiconductores tanto en obleas como en sustratos se retirarán solo parcialmente en la segunda mitad de 2021, y que habrá cierta rigidez en la vanguardia (informática, chips 5G) que se extenderá hasta 2022”, exponen en un trabajo de investigación de Bank of America.
Por su parte, un fabricante de chips expuso a The Wall Street Journal que la acumulación de pedidos es tan grande que se necesitarían hasta 40 semanas para cumplir con cualquier orden que un fabricante de automóviles realizara hoy, lo cual podría tener costosos efectos secundarios.
De hecho, la consultora AlixPartners ha pronosticado que la industria automotriz perderá US$64.000 millones en ventas porque ha tenido que cerrar o reducir la producción.
Productores monopolistas
Las implicaciones geopolíticas también deben destacarse, teniendo en cuenta que los Estados Unidos aún lideran en términos de desarrollo de diseño de componentes, pero Taiwán y Corea del Sur se imponen en la fabricación de chips.
Al respecto, el economista de TM Lombard Rory Green estima que las dos naciones asiáticas representan el 83% de la producción mundial de chips de procesador y el 70% de los chips de memoria.
“Como lo fue la OPEP para el petróleo, Taiwán y Corea del Sur son productores monopolistas de chips”, escribió Green y agregó que su participación de mercado iba a crecer aún más.
Eso ha suscitado preocupación en Estados Unidos, donde un grupo de presión calificó la crisis actual como “el canario en la mina de carbón” para la futura escasez de líneas de suministro.
Y un grupo de 15 senadores le escribió al presidente Biden urgiéndolo a tomar medidas para “incentivar la producción nacional de semiconductores en el futuro”.
No obstante, podría decirse que el país más afectado es China, que fabrica más automóviles que cualquier otra nación. Como consecuencia, la empresa de investigación IHS predice que se producirán 250.000 vehículos menos en el país durante los primeros tres meses del año.