En nuestro planeta podría haber hasta 10 millones de especies de vida compleja, pero si se añaden todas las que alguna vez han vivido, algunos biólogos creen que el total sumaría unos 5.000 millones.
El cálculo conduce a una asombrosa conclusión: el 99% de las especies han sido conducidas a la extinción.
Más especies se están sumando a esas filas cada año.
La caza excesiva, la sobrepesca y la pérdida de hábitat impulsados por el hombre están llevando a muchas especies al borde de la desaparición.
Para el año 2100, se espera que los seres humanos hayan causado la extinción de hasta la mitad de las especies que actualmente pueblan el mundo.
Pero, ¿cómo determinamos qué causó las muertes masivas ocurridas hace mucho tiempo?
Extinciones grandes y pequeñas
Para hacerlo tenemos que revisar lo que los arqueólogos, paleontólogos, geólogos y otros científicos han concluido a partir de las pruebas reunidas.
El problema es que esos científicos no siempre están de acuerdo entre sí.
Además de las cinco o seis extinciones masivas, también ha habido muchas extinciones pequeñas en la Tierra.
Una de estas ocurrió hacia el final del Pleistoceno, hace decenas de miles de años.
A veces se le denomina extinción de la “megafauna”, porque muchas de las especies que desaparecieron eran animales particularmente grandes, con un peso de más de 44 kg, como los mamuts.
El problema de intentar desenredar la causa de esta extinción es que la evidencia es escasa.
Para complicar aún más las cosas, en algunas áreas del mundo pareció haber ocurrido a un ritmo mucho más lento que en otras, y las condiciones ambientales y los niveles de actividad humana también diferían.
El hielo derretido
Un argumento popular para explicar las extinciones es que se debieron al cambio climático.
Nuestro planeta estaba comenzando a emerger de la última Edad de Hielo. Se cree que las temperaturas globales se habían disparado alrededor de 6 °C, un cambio que habría afectado a los animales más grandes, pues no pueden perder calor tan rápido como los más pequeños.
Además de eso, se cree que el clima era más cambiante en esa época, con oscilaciones de estados muy húmedos a muy secos.
Esto podría haber exacerbado las extinciones de la megafauna. Debido a que los mamíferos de la Edad de Hielo probablemente tenían gruesas capas de piel, les habría resultado difícil adaptarse al cambio climático.
O el humano cazador
La otra principal escuela de pensamiento culpa a los humanos por la desaparición de la megafauna en la Edad de Hielo.
Esta es la hipótesis de la caza excesiva, que surgió por primera vez en la década de 1870 después de descubrirse que los seres humanos habían convivido con los mamuts.
Sin embargo, evidencia posterior demostró que las extinciones en Eurasia demoraron demasiado tiempo, así que la caza excesiva no sería una explicación plausible. En ese punto, el desacuerdo sobre la causa de la extinción comenzó a emerger.
Otros piensan que enfermedades contagiosas y mortales -llevadas por las migraciones humanas- pueden haber sido la causa.
Entonces, ¿quién tiene la razón?
Explicaciones parciales y dudas
Actualmente algunos investigadores creen que la caza excesiva podría haber sido responsables de las extinciones de la megafauna en América y Australia.
Esta teoría del “caza excesiva” cobró fama al final de los años 60 con el trabajo del fallecido Paul S. Martin, un geocientífico de la Universidad de Arizona.
La evidencia muestra que, a medida que los humanos emigraron a esos continentes, cazaron la fauna nativa con facilidad.
El ambiente árido era también muy combustible y, con sus impresionantes habilidades para iniciar el fuego, los primeros seres humanos en la región pudieron quemar vastas áreas de hábitat, contribuyendo al declive de las especies nativas.
Algunos científicos se apresuran a señalar que hay problemas con la aplicación de la hipótesis de la caza excesiva a un área como América del Norte.
De hecho, algunos estudios sugieren que solo dos especies de la megafauna fueron cazadas extensamente en el subcontinente: mamuts y mastodontes.
Es más, durante el período de extinción de la Edad de Hielo en América del Norte se cree que la población humana era demasiado baja como para haber causado extinciones masivas, y no tenía las herramientas disponibles para matar un número elevado de grandes mamíferos.
David Meltzer, profesor de la Universidad Sureña Metodista en Dallas, Texas, es uno de los mayores críticos de esta hipótesis.
Por ejemplo, señala que de 32 géneros de mamíferos de la megafauna que estuvieron presentes en Norteamérica durante la última Edad de Hielo, nueve sobrevivieron.
¿Por qué los seres humanos habrían cazado excesivamente 23 especies, pero no las otras nueve?
¿Y por qué habrían cazado ciertas especies hasta la extinción cuando otras más abundantes habrían sido más fáciles de encontrar?
El problema de la evidencia
Los defensores de la hipótesis del exceso de caza salen rápidamente a defenderla contra estos ataques.
En un artículo de 2007 Gary Haynes, de la Universidad de Nevada en Reno, argumentó que solo porque no tenemos evidencia sólida para una hipótesis no significa que no sea cierta.
“No se puede dudar de que los cambios en el clima y la vegetación fueron duros para las poblaciones de la megafauna, tanto a nivel regional como continental”, escribió.
“Pero la inexorable desaparición de tantos grandes mamíferos en diferentes continentes, en sintonía con la extensión expansiva del Homo sapiens moderno hacia esos continentes, es suficiente evidencia circunstancial para convencerme de que el factor principal en las muertes fue la presencia de humanos”.
Todd Surovell, arqueólogo de la Universidad de Wyoming en Laramie, también dice que no hay evidencia suficiente para apoyar la teoría del cambio climático.
“No tenemos casos claros de extinción de animales a gran escala en ausencia de seres humanos”, señala.
“Los mamuts, por ejemplo, sobrevivieron al Holoceno en islas oceánicas a donde no llegaron los humanos”.
“Otro problema con el cambio climático es que algunas extinciones parecen haber ocurrido cuando no se estaban produciendo cambios climáticos importantes”, agrega Haynes.
Ni lo uno ni lo otro
Otros expertos piensan que ni el argumento de la caza excesiva ni el cambio climático son acertados.
La teoría de la enfermedad, propuesta por Ross MacPhee y Preston Marx, sugiere que una “hiperenfermedad” fue contagiada a los mamíferos nativos por la migración de los seres humanos, o posiblemente sus perros.
La enfermedad afectó particularmente a los mamíferos más grandes, sugieren los defensores de la hipótesis, porque las especies de cuerpos más pequeños son más resistentes como resultado del mayor tamaño de su población y tiempos de gestación más cortos.
Sin embargo, esta idea no parece tener mucha evidencia que la apoye, por lo que se considera por muchos expertos como una improbable causa principal de las extinciones en la Edad de Hielo.
¿Podría ser que las extinciones fueran causadas por un clima cambiante y la caza excesiva de los seres humanos?
Este parece ser el caso de las extinciones de la megafauna del Pleistoceno tardío en algunas partes del mundo -especialmente en el sudeste asiático-, por lo que es posible que la combinación también haya provocado el descenso de la megafauna en otras áreas.
“Es posible que no haya una única explicación para cada suceso de extinción”, admite Surovell.
“Todos vemos la misma evidencia, pero la interpretamos de diferentes maneras”.
Fuente. BBC Mundo