Un grupo de estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias Veterinarias junto a miembros de la Asociación Civil Salir Adelante y la Fundación Banco de Alimentos Tandil, trabajan juntos en un proyecto de extensión que aborda problemáticas de salud comunitaria asociadas al manejo de alimentos, hábitos alimentarios y a la falta de recursos económicos para la alimentación.
Este proyecto viene realizándose desde 2014 y se realiza con adultos responsables de niños con desnutrición o malnutrición, pertenecientes al programa CONIN, y con personal relacionado a las actividades de elaboración de alimentos en comedores vinculados al Banco de Alimentos en barrios de la periferia de la ciudad de Tandil, realizando talleres de cocina que permiten abordar los distintos factores de las problemáticas mencionadas.
El diagnóstico es que las principales problemáticas de salud comunitaria son causadas principalmente por el desconocimiento del manejo de los alimentos, los malos hábitos alimenticios y la falta de recursos, principalmente económicos. Esta problemática puede ser abordada desde varios aspectos diferentes pero relacionados entre sí. La Cooperadora para la Nutrición Infantil (CONIN) a través de su filial en Tandil, Asociación Civil Salir Adelante, trabaja en la prevención y recuperación de la desnutrición infantil centrando los esfuerzos en el accionar en tres pilares básicos: Docencia, Asistencia e Investigación. Es aquí donde la universidad puede jugar un rol decisivo.
Los talleres de cocina son desarrollados por un equipo docente de la UNICEN encabezado por Pablo Sanzano, en las instalaciones del Banco de Alimentos Tandil, ubicado en Villa Gaucho. Las familias llegan desde distintos lugares de la ciudad a través de un transporte que ofrece la asociación Salir Adelante, y los encuentros abordan las principales pautas de seguridad e higiene en la cocina, y un nutrido número de recetas que combinan alimentos diversos para establecer la posibilidad de desarrollar un recetario nutricional equilibrado en función de las posibilidades con las que cuentan las cocinas familiares de quienes concurren al taller. La premisa: cocinar en forma segura, conocer recetas nutricionalmente ricas y posibles de replicar en los hogares de estas familias de Tandil.
Además de las charlas, se realizan visitas a los centros donde se preparan alimentos para atender a grupos carenciados, teniendo como propósito reforzar las consideraciones más relevantes sobre el tratamiento higiénico-sanitario de los alimentos, de los lugares donde estos se preparan y consumen para asegurar la salud y bien nutrir de la población.
En el marco de este proyecto, también se cuenta con el apoyo de estudiantes de educación inicial de la Facultad de Humanas de la UNICEN, quienes desarrollan juegos y actividades para aquellos niños y niñas que concurren a los encuentros con sus madres, facilitando la asistencia de las familias y hallando un ámbito recreativo y de contención.
Como bien se desprende de la base de datos de datos de UNICEF sobre la nutrición mundial, 2016, la desnutrición infantil en 2014 mostraba que cerca de 200 millones de niños menores de 5 años sufren DESNUTRICIÓN CRÓNICA, cuyos efectos se harán sentir durante el resto de sus vidas. Además, en torno al 13% de los niños menores de 5 años padece DESNUTRICIÓN AGUDA, que requiere tratamiento inmediato y atención (informe UNICEF).
En 2014 había en el mundo 159 millones de niños menores de 5 años que padecían retraso en el crecimiento. Otros 41 millones de niños menores de 5 años padecían sobrepeso; y la cifra sigue aumentando. El retraso en el crecimiento y otras formas de subnutrición reflejan inequidades sociales: el retraso en el crecimiento puede servir como indicador de la pobreza. Argentina no es ajeno a este contexto, y en la ciudad de Tandil se trabaja para disminuir los efectos de esta terrible problemática.
