No sólo estamos más propensos a enfermarnos cuando el clima se vuelve frío, sino que diversos problemas de salud se encuentran asociados con el cambio de las estaciones.
En primer lugar, puede haber algo de verdad en el refrán que dice “que las lesiones de edad pueden” contar “cuando se trata de la lluvia”. Ya en el año 400 aC, la gente se quejaba de que el clima cambiante hacía doler sus articulaciones, de acuerdo con un documento sobre la relación entre el tiempo y el dolor .
Existen muchas historias, aunque no significa que haya pruebas. Hasta el momento, todavía no estamos seguros exactamente por qué los dolores y las molestias ocurren cuando llueve, pero probablemente suceda debido a que el clima frío causa la caída de la presión atmosférica. Ésta siempre está, pero cuando hay repentinamente un poco menos, el gas dentro de nuestro cuerpo se puede expandir. Principalmente el gas que se encuentra en el líquido ubicado alrededor de las articulaciones, por lo que pronto podría haber más presión sobre viejas lesiones que no cicatrizan adecuadamente, el 100 por ciento. Asimismo, la baja presión puede causar dolores de cabeza.
Según un estudio en el BMJ, la razón más probable se deba a que muchas personas no ejercitan tanto en el invierno, ya que pocos son los que se encuentran en forma de pico en julio. Pero después de una ola de frío, tendemos a salir a practicar ejercicio de una manera abrupta y aprovechar el más mínimo sol que garantice un poco de calidez, lo cual puede dañar el corazón.
Para los diabéticos, el calor puede crear complicaciones. De acuerdo con un estudio realizado por Nature, es mayor el número de personas hospitalizadas por problemas relacionados con la diabetes durante el clima cálido, a causa de la dificultad para manejar sus niveles de azúcar en la sangre que implica el sudor constante. Además, el calor propicia que la gente orine más, por lo que el diabético se vuelve más más propenso a sobrecalentarse o deshidratarse.