Te despertás con un leve recuerdo de una noche agradable, pero que probablemente duró demasiado tiempo. La cabeza te palpita y sentís náuseas. No podés salir de la cama y tampoco querés salir de ahí.
Beber una gran cantidad de alcohol no es nada bueno, ya sea en el corto o en el largo plazo. Pero sin importar las consecuencias, terminaremos haciéndolo nuevamente.
Aparte de la abstinencia (la única protección garantizada contra la resaca) hay estrategias que podrían ayudar a evitar despertar en un lío lamentable al día siguiente.
¿Qué causa el malestar?
- ¿Deshidratación? No exactamente. A pesar de que la deshidratación puede contribuir con síntomas como dolor de cabeza y boca seca, investigaciones muestran que una escasa hidratación no es el principal motivo de la resaca.
- ¿Las toxinas del alcohol? Sí. El hígado convierte el alcohol en una sustancia química muy tóxica llamada acetaldehído. Se sintetiza como el resto de las sustancias dentro de nuestro cuerpo pero, al tardar demasiado en finalizar el proceso, nos hace sentir enfermos.
- ¿Disminución del azúcar en sangre? Improbable, hay muy poca evidencia al respecto. Incluso, si fuera cierto, es muy poco probable que nos afecte al punto de responsabilizar el azúcar de los síntomas de la resaca.
- ¿Mezclar bebidas? La combinación de diferentes bebidas, ya sea cerveza, vino o un cóctel es probable que contribuya. Algunas bebidas alcohólicas contienen congéneres, es decir químicos que caracterizan el sabor, los cuales pueden ser tóxicos. Por lo tanto, mezclar bebidas implicaría llevar muchos más al cuerpo.
Recetas para evitar la resaca: estrategia o superstición
Cada uno tiene su método para prevenir o curar una desagradable resaca luego de una noche de excesos.
- No tener el estómago vacío. ¿Comer antes de salir puede aliviar el alcohol que se está por beber? Cada gota de alcohol que bebemos terminar en nuestro sistema. La realidad es que comer no lo evitaría, pero sí disminuiría la velocidad en la que ingresa en el cuerpo, lo cual permitiría a nuestro hígado una oportunidad para desintoxicarnos a tiempo.
Esto sucede porque el alcohol llega primero a nuestro estómago y espera a llegar a nuestro intestino delgado, donde es absorbido y llega a la sangre. Por lo que comer baja la velocidad en la que se traslada de un órgano a otro, por que el estómago primero tiene que digerir y procesar el alimento. - Tomar cerveza antes que vino. Al contrario de la creencia popular, el orden en el que escojamos beber no hace la diferencia entre el tipo de resaca que tendremos. No importa cómo esté envasada, es el etanol que bebemos el que nos lleva el veneno, el que nos intoxica y nos llevan al dolor. Sin importar el orden, es el etanol el que nos causa problemas.
- Beber agua entre copas. Alternar las bebidas alcohólicas con vasos de agua es la advertencia más popular para combatir la deshidratación en la mañana. Aunque estudios sugieren que la deshidratación raramente causa el mayor malestar de la resaca, es una sabia estrategia a adoptar. De todos modos, ayuda a disminuir la reacción al alcohol, ya que permite al cuerpo mayores posibilidades de procesar los tóxicos del alcohol que ingerimos.
- Evitar bebidas oscuras. Científicos creen que puede haber algo de verdad. El vino tinto o spirits oscuros suelen contener más congéneres, es decir, químicos que se generan a partir de la producción del propio alcohol y generalmente contribuyen al sabor de la bebida. El whiskey tiene 37 veces más congéners que el vodka, por ejemplo.
- Beber más alcohol cuando llega la resaca es el ‘remedio’ más antiguo. Se basa en la idea de que el cerebro está retrocediendo de la cantidad de efectos que le causó el alcohol luego de parar de beber, como agudizar los sentidos e intensificar la resaca. Pero alimentarla con más alcohol simplemente retrasa el dolor y provee de más toxinas al cuerpo para procesar. Pro supuesto, los expertos no recomiendan en absoluto esta ‘solución’.