Jun Yu no puede resistirse a los dispositivos electrónicos. Más de 20 teléfonos inteligentes, viejas tablets y otros aparatos se acumulan en una esquina de su casa, un creciente vertedero tecnológico en Pekín, China.
Su apartamento también presume de tener un asistente inteligente de Google Home y otro de Amazon Echo.
“Cada día llevo tres teléfonos conmigo. Uso un móvil para las aplicaciones chinas, uso el iPhone para el Gmail y las aplicaciones occidentales, y mi Google Pixel es mi teléfono para trabajar”, dice este joven de 34 años, empresario en tecnología.
Su obsesión ha valido la pena. En 2009, compró el primer teléfono con Android, el sistema operativo que el 80% de los teléfonos inteligentes utilizan.
Un año después, el graduado en física fundó su propia compañía dedicada a crear contenido para usuarios chinos de Android. En 2016 vendió su compañía por una cantidad no revelada a Alibaba, el gigante chino de comercio electrónico.
Ahora está entusiasmado con la próxima generación tecnológica conocida como 5G. Esta innovación promete internet de extremada rapidez para los teléfonos móviles, lo suficientemente veloz como para bajar películas en segundos y ver televisión en alta definición.
En octubre, Jun Yu pre-reservó un teléfono inteligente capaz de utilizar tecnología 5G, fabricado por la empresa china Xiaomi.
“La tecnología 4G ha permitido muchas cosas como los videos de móviles y juegos donde se puede participar más. Sé que la 5G permitirá esto también. Pero no sé exactamente cómo lo hará”, señala.
En Estados Unidos y Reino Unido el lanzamiento de las redes 5G se ha complicado por un pleito internacional con uno de los proveedores más importantes del equipamiento 5G: la empresa de telecomunicaciones china Huawei.
Pleito
Estados Unidos ha prohibido el uso de equipamiento Huawei en las redes 5G por preocupaciones de seguridad y ha animado a sus aliados a hacer lo mismo.
También mantiene un estricto control sobre lo que las compañías estadounidenses pueden venderle a esa empresa de telecomunicaciones, lo cual ha obstaculizado la venta de este tipo de teléfonos fuera de China.
Analistas de esta industria, como Edison Lee, experto del grupo de servicios financieros Jefferies, considera que la presión de Estados Unidos sobre Huawei es un intento de quebrar el potencial dominio global que tiene China sobre el mercado 5G.
“La guerra tecnológica está basada en el argumento estadounidense de que los avances tecnológicos chinos están construidos sobre el robo de derechos de propiedad intelectual y sobre significativos subsidios gubernamentales, y su opinión de que la tecnología china de telecomunicaciones no es segura y que representa una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados”, explica.
“Cuanto más dominen Huawei y [la firma china] ZTE el mercado global del equipamiento en telecomunicaciones, el mundo occidental será más vulnerable al espionaje chino”, añade Lee. Huawei ha negado con vehemencia que su tecnología pueda ser utilizada para espiar.
Mientras los países occidentales se preocupan sobre los principales proveedores de tecnología 5G, China lleva la delantera en el lanzamiento de estas redes.
El pasado 31 de octubre, las compañías de telecomunicaciones chinas lanzaron los servicios 5G en más de 50 ciudades del gigante asiático, creando una de las redes de 5G más grandes del mundo. Huawei construyó el 50 por ciento de esa red.
El Ministerio de Información de China afirma que en solo 20 días el país registró más de 800.000 suscriptores a este servicio. Los analistas prevén que China tendrá al menos 110 millones de usuarios 5G en 2020.
Y el sector tecnológico chino está ocupado buscando nuevos usos para esta novedosa tecnología.
Qué hacer con la 5G
En una gran parcela de tierra en el norte de Hong Kong, ingenieros están desarrollando vehículos autónomos conducidos a través de tecnología 5G.
Investigadores del Instituto de Investigación de Ciencia Aplicada y Tecnología de Hong Kong están trabajando en conjunto con China Mobile, la compañía tecnológica más grande de China.
Ellos ven la 5G como una innovación particularmente útil para los automóviles que se conducen solos, porque permite que los vehículos construyan una imagen exacta de lo que está sucediendo alrededor de ellos a través de una comunicación con otros vehículos, las señales de tránsito y los sensores de las carreteras.
“Para los consumidores, la 5G podría transformar cómo interactuamos unos con otros. Para los gobiernos, la 5G transformará las carreteras y las infraestructuras para permitir que nuevas aplicaciones ayuden a los vehículos asistidos y autónomos”, indica Alex Mui, un investigador en el proyecto.
China no es el primer país en lanzar tecnología 5G, pero está construyendo uno de los mercados más grandes del mundo para estas redes y lo está haciendo rápidamente.
Aunque Huawei y ZTE ya se benefician de esta expansión, les gustaría irrumpir en un lucrativo mercado extranjero como el de Estados Unidos.
Durante un discurso en una convención sobre 5G en Pekín, el ministro chino de Industria e Información, Miao Wei, acusó a Estados Unidos de utilizar la ciberseguridad como una excusa proteccionista.
“Ningún país debe prohibirle a las compañías el uso de las redes 5G con acusaciones no comprobadas de riesgos de ciberseguridad”, subrayó el ministro.
Analistas de esta industria confían en que el pleito entre China y Estados Unidos será resuelto pronto.
“Vemos estas tensiones como una Guerra Fría tecnológica, al mismo tiempo que se intensifican los nacionalismos en temas de tecnología”, apunta Ben Wood, jefe de investigación en CCS Insight.
“El gobierno chino está firmemente comprometido con establecer a China como la nación líder en la 5G, la oportunidad para Huawei en su mercado interno es inmensa”.
“Sin embargo, el resto del mundo no se puede dar el lujo de quedarse atrás y, sin acceso a la infraestructura de Huawei, los operadores de redes móviles en Estados Unidos en particular tendrán que usar otros proveedores alternativos que pueden ser más caros y menos desarrollados”.