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Las mañas y gestos nerviosos que pueden arruinar tu entrevista de trabajo

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Cuando se trata de entrevistas de trabajo, tener un CV estelar, una buena presentación personal y, más importante aun, responder correctamente las preguntas son, como seguramente te imaginas, aspectos clave para conseguir el puesto.

Sin embargo, quizás sin que lo sepas algunos de tus gestos corporales podrían representar un obstáculo para lograr el objetivo.

Conscientemente o inconscientemente, un comportamiento repetitivo como pestañear constantemente, darle vueltas a tu anillo o tocarte el pelo, pueden influenciar la decisión de la persona que te entrevista.

Como señala Isabel Schuermann, una asesora de imagen y con sede cerca de Frankfurt, Alemania, “tu cuerpo no puede dejar de comunicarse”.

Una falta de contacto visual, por ejemplo, puede ser una señal de que es difícil confiar en ti, mientras que un pie doblado hacia abajo puede sugerir que eres una persona insegura.

La Orientadora Profesional estadounidense Janice Burch cuenta el caso de dos ejecutivos que quedaron “totalmente sorprendidos” cuando se vieron a sí mismos asintiendo con la cabeza sin parar en el video de una entrevista simulada.

Burch, quien tiene su oficina en Milwaukee, Estados Unidos, estaba trabajando con los directivos para mejorar sus técnicas de entrevistas.

“Creo que uno de ellos asintió con la cabeza hasta 300 veces en media hora”, revela.

La buena noticia es que esos gestos y comportamientos no deseados pueden ser eliminados.

Como en el caso de los ejecutivos, estar consciente de ellos es el primer paso. Pero, ¡cuidado!: es más difícil dominar esos peculiares tics cuando estás nervioso.

Esto es lo que puedes hacer para controlarlos.

Afronta tus peculiaridades

Una vez que reconoces tus tics, es hora de domarlos.

Haz dramatizaciones y practica hablar con un entrevistador hasta que mantengas bajo control tu gesticulación.
Puedes reducir, por ejemplo, el tiempo que pasas tronándote o sonándote los nudillos o mirando demasiado fijamente a tu interlocutor.

Otros sugieren reconocer esos gestos peculiares que tienes en el momento de hacerlos.

Más que estar pendiente de enumerar “gestos irritantes” en la entrevista, Daniela Lehmann-Stein, gerente de recursos humanos del conglomerado de medios Nielsen en Frankfurt, Alemania, busca conocer al candidato y ver cómo maneja una situación que distrae la atención.

“La sinceridad es muy importante”, dice.

“Si alguien se describe a sí mismo como muy abierto y, al mismo tiempo, está sentado en una posición muy cerrada, con los hombros y brazos muy pegados al cuerpo, entonces eso resulta una contradicción”.

“Sin embargo, no estoy examinando al candidato todo el tiempo intentando detectar divergencias”, agrega.

Lehmann-Stein afirma que queda bien impresionada cuando alguien habla francamente sobre una reacción física que puede tener ante una situación determinada, como por ejemplo, ruborizase fácilmente por los nervios.

“A veces ayuda ser agresivo sobre el tema”, sostiene.

“Si sé que me está pasando y me preocupa podría decir: ‘Aunque sé que me estoy ruborizando ahora, no me agito tan fácilmente como parece. He demostrado mi resiliencia en varias situaciones'”.

De la misma forma, si no puedes ocultar tu tic, quizás lo mejor sea manejar la situación con humor.

“En esos aspectos me gustaría que los candidatos fuesen más sinceros y valientes”, sostiene Lehmann-Stein.

“Hace falta una cierto grado de autorreflexión para poder presentarte con todo y tics. Si sé que tengo una tendencia a pestañear rápidamente, puedo manejarla con tono humorístico”.

Origen de los tics

Muchas veces los gestos nerviosos tienen un origen psicológico, apunta Burch. En otras palabras, si puedes identificar la causa, puedes minimizarlos.

Burch dice que en algunos casos el motivo es la inseguridad de la persona por no sentirse lista para la entrevista.
Es por eso que trabaja con sus clientes para que estén lo mejor preparados posibles. “Marca una enorme diferencia en tu presentación general”, dice.

Paquete completo

Shuermann añade que, en todo caso, la impresión global que dejes probablemente sea más fuerte que el recuerdo de un gesto en particular.

Más que intentar saber la razón por la que te frotas las manos tan frecuentemente, la principal preocupación de la persona que te entrevista es ver cómo representarás a la compañía con tu paquete completo de talentos, habilidades y, hasta, tus peculiaridades.

Si tienes suerte, puede que esa persona encargada de decidir tu reclutamiento sea como Schuermann.

“Nunca deberías interpretar solo un gesto. Necesitas cuatro o cinco pistas para llegar a una interpretación”, señala.

Interesada desde hace mucho tiempo en el lenguaje corporal, Schuermann hizo recientemente un curso sobre la interpretación de las microexpresiones del rostro y ahora incorpora ese conocimiento a su técnica para entrevistar.
Así, deliberadamente dirá al aspirante cosas como: “He visto en tu rostro esto o aquello y, desde mi punto de vista, parece que tienes algunas dudas”.

Eso le permite conseguir que la persona converse sobre lo que realmente quiere comunicar.

A fin de cuentas, la mayoría de las decisiones para emplear a alguien están basadas en muchos factores, como lo recuerda Schuermann de sus días como gerente de Recursos Humanos, Liderazgo y Desarrollo en el Deutsch Bank en Frankfurt.

“El candidato que conseguía el puesto no solo era brillante en la técnica, también tenía buena personalidad, sabía conversar sobre trivialidades y entendía cómo manejar a la personas y comunicarse con carisma”.

Tics que se deben evitar durante una entrevista

1. Asentir con la cabeza excesivamente. De vez en cuando está bien, pero si lo haces constantemente das la impresión de que buscas aprobación y dices que sí a todo.
2. Mover demasiado las piernas. No hay ningún problema en cruzar las piernas, pero no muevas constantemente un pie o una pierna durante la entrevista pues revela nerviosismo y falta de confianza.
3. Apretar o morderte los labios. Puede que refleje una falta de preparación para la entrevista o frustraciones acumuladas.
4. Tener la mirada perdida. Cuando miras fijamente a una persona puedes incomodarla pero, igualmente, evita que tu mirada esté constantemente a la deriva. La persona que te entrevista puede estar buscando tu sinceridad y tus conocimientos a través de un apropiado contacto visual.
5. Estirar el cuello. Es posible que girar la cabeza en círculos te relaje, pero una entrevista no es el momento ni el lugar para aliviar la tensión.

Fuente. Rhea Wessel | BBC Capital

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